Días terribles,
días brumosos,
un eterno caminar
entre Infiernos y Hades
interminables y tortuosos;
entre aullidos y alaridos de dolor.
Hay un momento en que tu Mente
no soporta ni aguanta más,
y tampoco es capaz de detenerlo:
no es capaz de decir basta.
He tenido que golpear con mis puños
el suelo del Infierno;
maldecir a la Humanidad
por su infinita crueldad,
por su falta de tacto
y su falta de Amor.
Hasta....
que entre espacios de tiempo,
donde la memoria recuerda algo
empañado y lejano,
entre bosques y intensas emociones,
y donde sólo sombras pasaban
junto a mí,
sin determe siquiera a pensar en
que eran personas,
me topé con una dádiva:
No sé qué tan Divina seas,
oh! Gran Dádiva,
pero sé que eres el
Halo de Luz
que mi Alma
necesitaba,
como un bálsamo,
lo Anhelaba.
Aunque como creciente fantasma,
se erguía un leve temor:
¿cuánto perdurarás, oh Halo de Luz?
¿cuánto más estarás en mi Cielo, ahí visible, ígneo, brillante, casi palpable?
Como quisiera que ahí perduraras Eones,
hasta que llegue mi Día,
el gran día,
en que mire atrás,
y sonriéndo, sana de todas mis heridas,
masculle tiernamente entre dientes:
"Los días pasados y terribles no son más que humo en el Aire,
no son más que recuerdos.
Ahora la Vida Empieza."
.-
días brumosos,
un eterno caminar
entre Infiernos y Hades
interminables y tortuosos;
entre aullidos y alaridos de dolor.
Hay un momento en que tu Mente
no soporta ni aguanta más,
y tampoco es capaz de detenerlo:
no es capaz de decir basta.
He tenido que golpear con mis puños
el suelo del Infierno;
maldecir a la Humanidad
por su infinita crueldad,
por su falta de tacto
y su falta de Amor.
Hasta....
que entre espacios de tiempo,
donde la memoria recuerda algo
empañado y lejano,
entre bosques y intensas emociones,
y donde sólo sombras pasaban
junto a mí,
sin determe siquiera a pensar en
que eran personas,
me topé con una dádiva:
No sé qué tan Divina seas,
oh! Gran Dádiva,
pero sé que eres el
Halo de Luz
que mi Alma
necesitaba,
como un bálsamo,
lo Anhelaba.
Aunque como creciente fantasma,
se erguía un leve temor:
¿cuánto perdurarás, oh Halo de Luz?
¿cuánto más estarás en mi Cielo, ahí visible, ígneo, brillante, casi palpable?
Como quisiera que ahí perduraras Eones,
hasta que llegue mi Día,
el gran día,
en que mire atrás,
y sonriéndo, sana de todas mis heridas,
masculle tiernamente entre dientes:
"Los días pasados y terribles no son más que humo en el Aire,
no son más que recuerdos.
Ahora la Vida Empieza."
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