En sueños he cerrado mis ojos,
y he sentido cómo las aves en el firmamento
graznan desganadas,
Ocaso tibio,
perpetuo.
Y miro el cielo, dulce color lila y matices,
con cierta envidia...
y he sentido cómo las aves en el firmamento
graznan desganadas,
Ocaso tibio,
perpetuo.
Y miro el cielo, dulce color lila y matices,
con cierta envidia...
He soñado muchas veces
con esa sensación de vuelo,
efímero, fugaz,
pero intenso.
He soñado tanto dormida,
como despierta...
y el ulular del viento en mis oídos,
y esa friolenta sensación
de estar flotándo
y estar cada vez más distante
del suelo,
y elevarse, elevarse y elevarse
cada vez más alto,
para mirar desde el cielo
la vida mundana,
Son cosas que en la memoria
no se quedan olvidadas,
al contrario,
día que pasa se anhelan
con más ímpetu,
briosidad,
y determinación.
Ese ir y venir de las hojas
en el viento,
como si estuviesen cabalgándo!
Oh! Qué hermosos movimientos!
Oh! qué dulces estertores!
Convulsionándose
cual acto sexual.
Armónicos, precisos,
herméticos!
Es un ir y venir en un Cielo
tan extenso
como el Cielo de mi Mente
que no frena la imaginación...
ni los sentidos!
¿Qué se sentirá volar?
¿Cómo será?
con esa sensación de vuelo,
efímero, fugaz,
pero intenso.
He soñado tanto dormida,
como despierta...
y el ulular del viento en mis oídos,
y esa friolenta sensación
de estar flotándo
y estar cada vez más distante
del suelo,
y elevarse, elevarse y elevarse
cada vez más alto,
para mirar desde el cielo
la vida mundana,
Son cosas que en la memoria
no se quedan olvidadas,
al contrario,
día que pasa se anhelan
con más ímpetu,
briosidad,
y determinación.
Ese ir y venir de las hojas
en el viento,
como si estuviesen cabalgándo!
Oh! Qué hermosos movimientos!
Oh! qué dulces estertores!
Convulsionándose
cual acto sexual.
Armónicos, precisos,
herméticos!
Es un ir y venir en un Cielo
tan extenso
como el Cielo de mi Mente
que no frena la imaginación...
ni los sentidos!
¿Qué se sentirá volar?
¿Cómo será?
Y a la distancia,
sólo palpitar del corazón, irrefrenable
y sustancioso,
es el Eco que necesita nuestro Espíritu
para aferrarse a nuestras convicciones.
¿Qué será y cómo se sentirá?
La piel desgarrarse ante vientos huracanados,
frías y densas tempestades
desatadas con locura,
cual sentir es más ponzoñoso
que el enamorarse, y sentir
que perdemos el corazón por otro.
sólo palpitar del corazón, irrefrenable
y sustancioso,
es el Eco que necesita nuestro Espíritu
para aferrarse a nuestras convicciones.
¿Qué será y cómo se sentirá?
La piel desgarrarse ante vientos huracanados,
frías y densas tempestades
desatadas con locura,
cual sentir es más ponzoñoso
que el enamorarse, y sentir
que perdemos el corazón por otro.