He aquí una noche tibia, de luna menguante....
mirándo mi Pensar posado entre ramas y hojarazca seca....pues aún no comprendo del todo: ¿hasta dónde puede llegar el miedo al error?, o será que no hay error sin miedo?...
He caminado sola tanto tiempo, y no puedo creer que a lo lejos del túnel, se vea un destello, y tengo miedo al fracaso....lo que siento a ratos me traiciona y creo saber porqué: la Soledad te acostumbra a ella, y una vez que caes, aunque estás acompañada, en tu mente, a lo lejos,
los pájaros triste graznan por el firmamento, y los murmullos invernales y juguetones de la brisa en el rostro te persiguen como recuerdos vivos e incandescentes....
Y en las noches tibias como ahora, sé que en un rincón ella acecha como depredador voraz, dispuesto a largar las zarpas, y temo no por mi integridad física, sino que mi mente voltea y divaga en momentos opacos y grises...y es justo ahí que ella posa su mirada penetrante y no me doy cuenta cuando ya me tiene sostenida por el cuello, asfixiándome, y no le imploro, no le digo lo que pienso de ella, porque sé muy bien lo que ella viene a buscar....
pero es demasiado tarde por cuando tu recuerdo aflora en mí, ella sabe que está perdida y aunque me deja caer toscamente, sé que ganas de volver a visitarme pocas le quedarán: pero sé que en noches tibias de luna menguante, La Soledad está al acecho en un rincón oscuro de la habitación de mi Mente.

mirándo mi Pensar posado entre ramas y hojarazca seca....pues aún no comprendo del todo: ¿hasta dónde puede llegar el miedo al error?, o será que no hay error sin miedo?...
He caminado sola tanto tiempo, y no puedo creer que a lo lejos del túnel, se vea un destello, y tengo miedo al fracaso....lo que siento a ratos me traiciona y creo saber porqué: la Soledad te acostumbra a ella, y una vez que caes, aunque estás acompañada, en tu mente, a lo lejos,
los pájaros triste graznan por el firmamento, y los murmullos invernales y juguetones de la brisa en el rostro te persiguen como recuerdos vivos e incandescentes....
Y en las noches tibias como ahora, sé que en un rincón ella acecha como depredador voraz, dispuesto a largar las zarpas, y temo no por mi integridad física, sino que mi mente voltea y divaga en momentos opacos y grises...y es justo ahí que ella posa su mirada penetrante y no me doy cuenta cuando ya me tiene sostenida por el cuello, asfixiándome, y no le imploro, no le digo lo que pienso de ella, porque sé muy bien lo que ella viene a buscar....
pero es demasiado tarde por cuando tu recuerdo aflora en mí, ella sabe que está perdida y aunque me deja caer toscamente, sé que ganas de volver a visitarme pocas le quedarán: pero sé que en noches tibias de luna menguante, La Soledad está al acecho en un rincón oscuro de la habitación de mi Mente.
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